Recuperar la huerta familiar, como una economía doméstica (*).

De niño supe tener y cuidar una huerta familiar. Luego en el secundario conocí colegios agro-técnicos que ayudaron a mejorar la experiencia. Recuerdo al Gentilini, en San José, donde se formaron muchos técnicos agrónomos de nuestra provincia. Una institución que trajo la experiencia salesiana desde la lejana Italia. 


La posibilidad de tener unas lechugas, perejil, cebollita de verdeos, mandioca, sandia, zapallitos, repollos, y unas gallinas para los huevos caseros. Esto, ya permitía al hogar poder afrontar una modesta economía familiar.

Es que, antes había ganas de hacer cosas, con tierras fértiles y algo de regaderas ya estaba el pequeño emprendimiento familiar. En nuestras chacras, los hombres y mujeres, hicieron cosas más grandes porque el rozado permitía ocupar tierras fiscales o, en tierras de un vecino que lo cedía sin problemas.

Hoy la realidad es distinta. No todos pueden o quieren, tener  una huerta en sus casas. Por otra parte, sabemos que hacer rozados en la provincia, es una práctica común, pero que ahora se considera peligrosa, porque también es común quemarlo, sin tener en cuenta que pueden generan grandes incendios.
 Además, desde los organismos agrícolas,  buscan erradicar estas práctica, según comentan los técnicos que visitan las chacras. En la ciudad, tampoco es simple tener sus animalitos, como decía la abuela. Pero la huerta, a veces, se impone con reducidas cosechas. Es como despuntar el vicio. 
En países asiáticos, he leído que  buscan muchas alternativas para sembrar. Hasta en botellas de plásticos Además de ponen a germinar tomates y verdeos. Incluso,  inventan sistemas de riegos, muy creativos.

En Misiones, está la posibilidad de ir a las Ferias Francas y los Mercados Concentradores. Se consiguen productos frescos y variados.  Son sistemas de economías solidarias, que ayudan a mayor economía social. Mejora los ingresos de sus productores, como también repercute en los números de los organismos que los acompañan, reflejando una tendencia en alza en planes a futuro.

Lastimosamente, estamos en épocas de vacas flacas y grandes sequias en al región. Todo es cuesta arriba. Por tanto, es doblemente meritorio lo que hacen en las ferias y mercados para traer a la ciudad los productos de la chacra.

Ojala, entre todos cuidemos la casa común, como es nuestro hábitat natural. Es mejor cuidarlo, que andar intentando apagar los incendios. El daño es doblemente grave porque, ante un suelo degradado, una tierra seca y las faltas de lluvias, se hace más difícil la sobrevivencia humana, animal y vegetal.

En buena hora, que empezaron a darse cuenta que, la inversión tecnológica para este sector es clave. Es esperanzador que en el futuro evite más daños al ecosistema.

Mientras tanto, intentemos retomar a nuestras raíces. Una huertita es saludable, distrae y puede ayudar a hacer un plato saludable, para degustarlo en torno a una mesa familiar.

(*)Opinión, en el programa radial, Mesa de Diálogos, en Radio Tupámbaé, Posadas Misiones. Sábado 28 de Noviembre, de 2020

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