¿Qué da una madre? Todo. ¿Hasta dónde soporta una madre? Hasta el infinito.
Hoy escuché una reflexión interesante sobre este día de la madre. Imaginada en contextos humildes, donde la realidad no tiene dobleces ni apariencias. Comparada con la economía, una madre es la mejor ministra: hace rendir lo poco que pueda tener, para que alcance el dinero. ¿Cuántas veces no tomamos sopa, cuando éramos niños? Se tomaba porque en hogares de muchos comensales, había que calmar el hambre y que alcance para todos. Siguiendo con esa reflexión, decían que somos producto de un deseo o sueño que ellas tuvieron para nosotros. De ahí, que estamos vivos. Haciendo tal vez, aquello que ella deseaba para nosotros. Ahora, nosotros, ¿hemos preguntado eso, alguna vez a nuestras madres? La gran mayoría no lo hemos hecho. ¿Qué deseaba ella para nosotros, cuando estábamos en su vientre? La memoria agradecida, debiera ser una constante, hacia aquella que hizo muchas cosas en silencio, por nosotros. A veces, estas fechas sólo tienen el sentido comercial o la juntada tradicional de una com