El agua, un bien preciado que hoy tiene un valor y legislaciones para control.

Debe ser uno de los tesoros más deseados en el planeta. El agua es bien natural que no la valoramos hasta que, al abrir una canilla vemos que no hay. Mucho peor, para nuestra gente que no tiene servicio en red y depende del pozo, la vertiente o las cooperativas. Por otra parte, la falta de conciencia en su uso racional y cuidado ambiental, está dañando a la humanidad.


Sin entrar en más detalles, sobre otras cuestiones sobre represas; costos y calidad del servicio de agua; la comercialización del vital líquido, etc.

Misiones está sentada sobre el magnífico Acuífero Guaraní. El Acuífero Guaraní es un gigantesco reservorio natural - casi en su totalidad subterráneo -de agua dulce que se extiende por debajo de la superficie de parte de la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Se trata de una de las mayores reservas de agua dulce conocidas en el mundo. Formado por un conjunto de reservorios de agua que se encuentra en forma subterránea y que tiene entre 50 a 800 metros de espesor, y que posee agua en sus poros y fisuras, se calcula que se generó entre 245 y 144 millones de años atrás. Es una de las reservas de agua dulce más importantes del mundo y la tercera más grande a nivel mundial. Se extiende debajo de la superficie de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. En los esteros del Iberá se encuentra una de las pocas salidas a superficie del agua.(*)

Su extensión aproximada es de 1.2 millones de km3. En Argentina ocupa 225.000 km3, casi la totalidad de las provincias de Misiones, Corrientes y Entre Ríos. En Brasil se extiende un total de 840.000 km3, en Paraguay 72.000 km3 y en Uruguay 58.000 km3.

En buena hora que se haya legislado para cuidarlo, aunque los riesgos de contaminación exceden la provincia, ya que Brasil es el mayor perforador y contaminador del acuífero. El agua no es utilizada de igual manera en los cuatro países. Se estima que en Brasil se emplean unos 500 pozos para el abastecimiento total o parcial de 300 ciudades de entre 5.000 y 500.000 habitantes.

Cabe recordar que el fracking es una técnica altamente contaminante que se basa en inyectar con gran presión grandes volúmenes de agua con agentes químicos por un pozo hasta romper la roca o la falla sobre la cual se halla el hidrocarburo. A su paso el fracking deja contaminación en las napas de agua por donde pasa ese líquido tóxico inyectado.

En agosto de 2010, los cuatro países firmaron un acuerdo que establece la potestad de las partes de realizar una gestión, monitoreo y aprovechamiento sustentable de las aguas del acuífero. Dispone además que los recursos deberán utilizarse “sobre la base de criterios de uso racional y sustentable, respetando la obligación de no causar perjuicio sensible a las demás partes ni al medio ambiente”. Por otra parte, el acuerdo establece que las partes “procederán al intercambio adecuado de información técnica sobre estudios, actividades y obras que contemplen el aprovechamiento sustentable de los recursos hídricos” del acuífero.

Pese a esta voluntad expresada por los gobiernos de los cuatro países, siete años después, el acuerdo todavía no ha sido ratificado por todos los parlamentos; aún resta media sanción en el Congreso de Paraguay. Actualmente, los países no tienen obligación de informar sobre el uso de las aguas del Guaraní en sus respectivos territorios.

Misiones comercializa el agua subterránea hace más de diez años. Oberá fue una de las primeras localidades del país en plantear y empezar a comercializar el agua del Acuífero Guaraní, territorio donde se establecen gigantes como Monsanto. La idea original de los obereños fue limitarse a la explotación del recurso a través del complejo de aguas termales de la provincia, pero luego de ver cómo operan en Brasil, planean dedicarse también a la venta del agua que sobre después del uso regional.

Sin embargo, en Misiones el agua está a un nivel mucho más profundo, a más de mil metros de profundidad, en comparación con Brasil y Uruguay, donde la excavación es menor a 150 metros. La explotación económica del Acuífero ya es un hecho y los vacíos legales pasan por encima de los tratados firmados por el Mercosur. Si bien los cuatro países poseen soberanía absoluta, no existen convenios que regulen cuánta agua dulce puede extraer.

Finalmente, es preocupante en este contexto la escases de agua para las colonias y chacras en la pcia, muchos de ellos ni siquiera la tienen potable y sus arroyos casi están secos. Ello afecta el cuidado de sus haciendas y cultivos. Sería pertinente establecer políticas públicas que atiendan de manera focalizada esta problemática. Ya que es incomprensible que estando rodeados de ríos, no se haya encontrado un modo de mitigar su faltante para las actividades ganaderas y de cultivos. O tal vez, sólo sea una visión sin claridad la mía. 

* Para este comentario, me valí de varios recortes publicados al respecto. Se hizo con metodología de "refrito" periodístico, con conclusión.

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