¿Utilizan los estudiantes sus dispositivos para copiarse?

En todo este contexto de transformación, existe un lado de la tecnología al que muchos educadores y padres le temen. Este tiene que ver con las oportunidades para copiarse y hacer trampa que los dispositivos digitales pueden darles a los estudiantes.



No es una novedad que la tecnología en el aula está transformando la educación. En este blog hemos visto innumerables ejemplos de cómo los maestros y estudiantes han comenzado a valerse de computadoras, teléfonos móviles, tabletas, y otros dispositivos para desarrollar nuevas metodologías de aprendizaje, para fomentar el aprendizaje continuo, para generar nuevos modos de evaluación temprana, para incrementar el interés y engagement de los alumnos, y para ayudarlos a desarrollar nuevas habilidades, entre otras cosas. Pero en todo este contexto de transformación, existe un lado de la tecnología al que muchos educadores y padres le temen. Este tiene que ver con las oportunidades para copiarse y hacer trampa que los dispositivos digitales pueden darles a los estudiantes.
Un estudio realizado en julio de este año entre más de 3.900 estudiantes de secundaria de todo el mundo por McAfee, una de las empresas líderes en ciberseguridad del mundo, descubrió que un porcentaje importante de los alumnos identifica que los celulares, computadoras, tabletas e e-readers son utilizados, al menos en cierta medida, para copiarse en los exámenes.

El estudio, titulado Cybersecurity 101: Teens in the Classroom (cuya traducción sería “El ABC de la ciberseguridad: adolescents en el aula”) arrojó que un 21% de los estudiantes admiten haber utilizado un dispositivo electrónico para copiarse o hacer trampa durante una clase o un examen, y que un 47% tiene conocimiento de algún compañero de clase que haya utilizado un dispositivo con este propósito. Esta última estadística resulta especialmente relevante, ya que muchos encuestados probablemente hayan tenido alguna reticencia a reconocer el haber incurrido en un acto de este tipo; pero al señalar a terceros, la barrera para hablar de la problemática resulta menor.

Otras prácticas normalmente no aceptadas dentro del aula, como el acceder a redes sociales para propósitos no educativos, también resultan frecuentes. Según McAfee, un 47% de los estudiantes reconocen haber podido ingresar en mayor o menor grado a sitios o aplicaciones sociales dentro del aula. Muchas escuelas buscan limitar esta posibilidad no solamente a partir de normativas estrictas, sino que también bloqueando esta posibilidad para los dispositivos conectados a las redes propias del establecimiento. Y si bien esto puede resultar bastante exitoso cuando las escuelas proveen los dispositivos que los estudiantes utilizan, esto no siempre es así cuando se aplican políticas de BYOD, o Bring Your Own Device, el nombre en inglés que se le da a la costumbre – cada vez más adoptada por todo tipo de instituciones – de pedir que los alumnos lleven sus propios equipos para la realización del trabajo en clase. Y es que, si bien al conectar estos dispositivos a la red del colegio los estudiantes encontrarán las mismas barreras para acceder a las redes sociales, muchos de estos poseen antenas 3G y 4G que permiten conectarse directamente con Internet, y saltear estas barreras.

Otros riesgos asociados con la tecnología y la educación tienen que ver con el plagio. A la hora de realizar trabajos en sus celulares, computadoras y tabletas, los estudiantes tienen la posibilidad de copiar datos directamente de sus fuentes, sin realmente procesarlas ni comprenderlas, muchas veces incurriendo en prácticas como el plagio. Pero esto – que se ve más frecuentemente de lo deseable – puede ser también una forma de aprendizaje, puesto que puede constituir una oportunidad para que los maestros instruyan a sus alumnos acerca de la importancia de los derechos de autor. Al mismo tiempo, la misma tecnología que habilita estas malas prácticas, permite que se realicen distintos ejercicios, evaluaciones inmediatas, encuestas, y proyectos que apuntan a determinar casi en tiempo real la calidad de la comprensión de los temas por parte de los estudiantes, así como también una herramienta para que éstos trabajen con la información de manera más profunda que durante una lección tradicional.
EL BALANCE SIGUE SIENDO POSITIVO

El uso de celulares y tabletas en el aula, de todos modos, sigue resultando una fuerza mayormente positiva. El mismo estudio determinó que el 87% de los estudiantes utilizan sus celulares, tabletas o computadoras por al menos una hora al día para realizar trabajos e investigaciones vinculados con sus clases dentro de la escuela, y un 57% lo hace por tres o más horas por día. Esto se debe a que, cada vez en mayor medida, los maestros están adoptando estos dispositivos como medios educativos.

Al mismo tiempo, distintos estudios aseguran que incorporar tecnología en el aula mantiene a los estudiantes más enganchados y motivados durante las clases, y les permite establecer una relación distinta con el conocimiento, nacida a partir de su capacidad de investigar los temas por sí mismos, de manera activa, y no pasivamente a partir de la escucha.

Los dispositivos electrónicos también ofrecen otras ventajas, como la posibilidad de desarrollar habilidades blandas y sociales como la colaboración y el trabajo en equipo, la comunicación oral y escrita, el manejo del tiempo, y el pensamiento crítico a partir de la posibilidad de investigar los temas consultando distintas fuentes y desarrollando filtros para determinar cuáles son confiables, cuáles no, y qué es información de calidad.

El riesgo de que los estudiantes se copien es real cuando se introduce tecnología. Pero los dispositivos electrónicos, lejos de fomentar una nueva práctica, ofrecen apenas una evolución de algo que siempre existió y que los maestros debieron combatir. A pesar de esto, los beneficios de incorporar tecnología y contenidos digitales son muchos, y éstos sin duda superan a los desafíos que plantean en materia de plagios y prácticas deshonestas de parte de los estudiantes.


Por Tomás Franceschin
Foto: Dominio Público (CC0)
fuente: Edu4.me

Comentarios

Entradas populares de este blog

Presupuesto 2017:el Senado aprobó con 59 votos a favor y apenas 8 en contra.