Lo de siempre: la gente que cruza a Encarnación hacen largas filas.

Posadas tiene el paso fronterizo más transitado del país. Encarnación está unida por el puente internacional, San Roque González de Santa Cruz, donde tiene un desarrollo comercial que beneficia al comprador argentino, sobre todo. Pero las discordias suceden luego de conocerse las cifras que duplican lo normal y sobre todo, porque los billetes quedan en los comercios encarnacenos y no en Posadas, donde los comerciantes se quejan por las diferencias en los impuestos.

Luego de cambios en Migraciones, los controles en el puente internacional se hicieron más exigentes y las filas de autos son exageradamente largas; las demoras son extensas y los ánimos no son los mejores. Para muchos, debería ser algo normal si funcionara como debiera, el MERCOSUR, que al parecer, sólo quedó en lindas intenciones allá por los 80 y que hoy demanda una actualización y revisión de sus acuerdos.

La gente busca hacer rendir su dinero por eso cruza a Encarnación. Es la verdad, aunque moleste al comercio local que muchas veces abusa de la confianza de sus clientes. Durante más de una década tuvieron ganancias importantes y es notorio  que realizaron  otras inversiones y diversificaron  sus productos, pero ante la menor crisis que afecta a todos, ellos consideran  que están a pérdidas  y comienzan con despidos, cierre de locales y amenazas de cortar el puente. Pareciera algo exagerado también.

Finalmente, hay que asumir la integración y el intercambio, para eso están los puentes. Hay que mejorar los controles pero sin abusar de lo burocrático que de por sí, ya es toda toda estructura estatal.