La decadencia de representatividad y una sociedad permisiva.


 Hoy un diputado por fin hizo algo bien. Renunció a su banca, luego de que ayer, en plena sesión de la Cámara de Diputados de la Nación, apareciera "toqueteando" y besando los pechos de una mujer, sentada en su regazo. Quedará para la historia de los impresentables, el diputado nacional del Frente de Todos por Salta Juan Emilio Ameri. Cuando el país está en rojo económicamente y la gente pelea por sobrevivir, no se justifica tanto sueldo.

Algunos representantes, como él, no cumplen el mandato popular en sus bancas. No honran la voluntad de las urnas o, simplemente son parte de las boletas largas, que luego tienen estos resultados. Otros, que no aparecen tan expuestos como Ameri, también faltan a las sesiones. No asumen la responsabilidad de estar en una banca nacional, con sueldos que están en los sueños de cualquier maestro, profesor o empleado en general.

Luego de conocerse el caso, la televisión abrumó con las repeticiones del video donde se lo veía al hombre, en una situación que no justificaba su posterior aclaración radial. La mentira o acomodo del paladar para las justificaciones, parecieran ser la mejor expresión de algunos políticos que llegan a cargos importantes. Esta mañana, ya se conoció a  su sucesora. Su banca sería ocupada por la antropóloga Alcira Figueroa, representante de la Comisión de Familiares de Detenidos-Desaparecidos de Orán, localidad de donde es oriunda, e integrante del INTA, además de defensora de la ley de aborto legal.

Seguramente, tendrá que ver como recompone su imagen y de que va a vivir, luego de ser el "hazme reír" lamentable de "honorable". Y la sociedad, como conjunto de ciudadanos con el poder del voto, debe empezar a valorar su democracia y la calidad de su representatividad. La calidad democrática, se irá puliendo con aciertos y errores, pero estamos a tiempo de mejorarla mucho más.

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